martes, 23 de febrero de 2010

Las mejores ideas para preparar loncheras saludables y nutritivas para tus hijos

Cuando inicia el ciclo escolar muchas mamás nos enfrentamos al gran dilema de qué poner en las loncheras de nuestros hijos para la merienda.

Es muy importante que nuestros hijos aprendan desde pequeños sobre alimentación nutritiva, pues esto les permitirá hacer elecciones saludables en un futuro, cuando se presente la ocasión.

Lo más fácil no siempre es lo más recomendable

Lo más sencillo por las prisas de la mañana, es llenar la lonchera con snacks, jugos artificiales, gaseosas y otras golosinas. Probablemente nuestros hijos estén felices con esta merienda, pues a ellos suelen gustarles las “chucherías”.

Otras mamás prefieren darles dinero a sus hijos para que consuman algo en la tienda del colegio, sin embargo, con ello propiciamos el consumo de gaseosas y golosinas y los exponemos al consumo de comida chatarra, contaminada o en mal estado.

Si queremos brindar a nuestros hijos una merienda saludable, vale la pena esforzarnos, planificar con antelación el menú y quizá levantarnos un poquito más temprano para poder prepararles una lonchera nutritiva que les ayudará a elevar su rendimiento intelectual. Recordemos que la salud empieza basada en buenos hábitos alimentarios.

Puntos a tomar en cuenta al preparar la lonchera

Los niños en plena actividad necesitan entre 2 mil y 3 mil calorías diarias. La merienda escolar no debe reemplazar el desayuno o almuerzo, sino que debe ser una fuente de energía adicional, que les permita a nuestros hijos prestar mayor atención y poder concentrarse en clase.

Algo importante es que los alimentos que les enviamos al colegio deben ser variados y fáciles de digerir. Se debe evitar aquéllos alimentos que pueden fermentarse o enranciarse fácilmente.

La cantidad de alimentos estará en función de la edad del niño, el desarrollo, y el tiempo que dure la jornada escolar. Lógicamente un niño pequeño necesitará porciones chicas que irán aumentando a medida que vaya creciendo. Los niños o adolescentes que permanecen largos períodos fuera de casa, deben llevar una merienda un poco más fuerte que incluya carnes (jamón), cereales, verduras, frutas y agua pura.

Al preparar las loncheras escolares debemos cuidar no sólo el factor nutrimental. También es importante que la lonchera sea apetitosa para nuestros hijos, porque de lo contrario, corremos el riesgo de que regresen a casa con la lonchera intacta.

Vale la pena invertir en una buena lonchera. Son mejores las que contienen material aislante, ya sean suaves o duras y resistentes al agua. No obstante, las duras, preservan los alimentos frescos por más tiempo.

• Opciones que puede incluir en una lonchera nutritiva:

Algunas buenas opciones que puede incluir en la lonchera nutritiva son: Leche en envases de tetrabrick; frutas secas, como pasas o nueces; cajitas de cereales secos, verduras o frutas en palitos o cuadritos listos para comer, barras de granola o pasas, queso en tiras, galletas saladas de harina integral, tomate en tajadas, rollitos de jamón (puede rellenarlos con queso crema), galletas de avena, jugo de uvas (100% jugo), yogur de frutas, cubitos de queso blanco.

• Opciones que debe evitar en una lonchera nutritiva

- Gaseosas o Jugos artificiales llenos de saborizantes, colorantes y azúcar.
- Galletas dulces con rellenos de cremas o muchos colorantes.
- Galletas saladas rellenas con cremas artificiales de queso, tocino etc.
- Caramelos, gomitas, chupetes, o chocolates en exceso
- Snacks fritos con saborizantes y mucha sal
- Donuts o pasteles rellenos de crema, fritos o con mucha mantequilla.
- Comida muy condimentada o fácil de fermentarse (salsas en base a carne, crema de leche)

Consejos prácticos para preparar la lonchera

• Empaque adecuadamente los alimentos. Envíelos en recipientes prácticos, limpios y seguros.
• Incluya un tenedor envuelto en una servilleta, o algo que lo conserve limpio.
• Lave diariamente la parte interna de la lonchera para prevenir enfermedades.
• Use una servilleta de papel o tela limpia antes de colocar los alimentos en la lonchera.
• Ponga a congelar el jugo desde la noche anterior, ya sea en el paquete o un termo. Al sacarlo envuélvalo en una pequeña toallita o papel toalla, así estará fresco para la hora del almuerzo escolar.
¡Empieza el colegio!

Después de tantos días de vacaciones la vuelta al cole siempre supone una dura adaptación para los niños, los madrugones, los horarios, las rutinas ... pero tú puedes ayudarles a vivir este momento con ilusión y ganas de empezar un nuevo curso.

Esta nueva etapa viene cargada de ilusiones renovadas para toda la familia ¡aprovéchalas!


Empezar con buen pie

Tanto para adultos como para niños se hace difícil, muy a menudo, la vuelta a la normalidad tras el periodo vacacional.

Depende mucho de la actitud de los padres el que los niños puedan afrontar esta situación en las mejores condiciones. Para ello es fundamental, en primer lugar, que no les trasmitamos nuestros sentimientos negativos al finalizar el verano. Debemos abstenernos de comentar delante de los niños y jóvenes la pereza que nos da la vuelta al trabajo.

Se ha hablado mucho del síndrome post-vacacional o de normalidad, y aunque está algo magnificado, es verdad que puede afectar a individuos de todas las edades. En general, aunque les cueste un poco, los niños se habrán adaptado durante la primera semana, pero en raras ocasiones la situación puede agravarse y hay que estar atento a los síntomas para atajarlos (apatía, taquicardias, mareos, dolores de cabeza...) antes de que deriven en un estado depresivo mayor.


¿Qué hacer para facilitarles la "Vuelta al cole"?

Lo primero es hacerles ver los aspectos positivos que tiene la vuelta al colegio: reencuentro con los compañeros y amigos, nuevas cosas que hacer, nuevas cosas que aprender... recuérdale las excursiones, y los buenos momentos del curso anterior, todo ello contribuirá a hacer menos duro el primer día de cole.

En los días previos al comienzo del curso es muy importante escuchar sus inquietudes y temores, hablar con ellos y procurar que afronten el nuevo curso con nuevos retos e intenciones renovadas. Debemos transmitirles confianza y seguridad.

Para hacer que la vuelta sea gradual, podemos salir con ellos a comprar el material escolar que necesitan, comenzar a preparar la mochila, forrar los libros con ellos y aprovechar para comentarlos e incluso para animarles a ojear los primeros temas...

En estos últimos días de vacaciones, deberíamos ir recuperando las rutinas diarias de sueño, comidas y no abandonar los hábitos saludables. Aunque sería deseable que los libros formaran parte del ocio vacacional, si esto no ha sido así, sí es importante que vuelvan a tomar contacto en estos días previos, leer, escribir, dibujar y pintar... eso también facilitaría la vuelta a las tareas habituales.